
Si hay algo que los encuentros entre especialistas tienen en común, es la capacidad de generar nuevas ideas, compartir experiencias que enriquecen a todos y mantener a los participantes al tanto de lo último en tecnología.
Este fue el caso de una reunión reciente de seis desarrolladores y expertos de IUGO, quienes se sentaron —virtualmente— a debatir e intercambiar miradas sobre cómo la inteligencia artificial está impactando su trabajo diario. Ahí estaba yo, un inexperto en la materia del desarrollo informático, escuchando como cada uno daba su visión y experiencia. Acá les cuento lo que fui recolectando y lo que fui asimilando para mi relación con la IA.
Más que una charla técnica, fue una oportunidad para aprender unos de otros, descubrir nuevas formas de usar herramientas como ChatGPT, y discutir abiertamente sobre las oportunidades y desafíos que esta tecnología trae consigo.
Para este cronista, un observador externo y novato en la materia, fue fascinante ver cómo estos expertos reconocen estar en una constante curva de aprendizaje mientras experimentan con una IA que parece evolucionar tan rápido como sus propios proyectos.
El encuentro: un espacio de experimentación constante
Uno de los aspectos más interesantes de estas reuniones es la cultura de aprendizaje continuo que se fomenta dentro de IUGO. No se trata solo de desarrollar software, sino de hacerlo con la mente puesta en las herramientas de última generación y en cómo aprovechar al máximo sus capacidades.
La IA, como mencionaron varios de los desarrolladores, está lejos de ser una solución definitiva o mágica. En cambio, cada interacción con estas tecnologías representa una oportunidad para aprender cómo integrarlas mejor en los procesos de desarrollo y en la creación de productos y diseño de servicios. A mí, como periodista, cada dato que iban tirando, me servía para aplicarlo en mi vida diaria.
La empresa, contaron, comenzó a utilizar diversas herramientas basadas en modelos de lenguaje como ChatGPT y GitHub Copilot, entre otros. Los desarrolladores comentaron cómo, en muchos casos, estos modelos les ayudan a estructurar el trabajo de manera más eficiente y a abordar problemas desde nuevas perspectivas.
Sin embargo, también remarcaron que estos avances no son sin esfuerzo: detrás de cada nueva prueba hay un proceso iterativo de prueba y error.
Patrones en el uso de ChatGPT y herramientas LLM
Uno de los temas recurrentes de la conversación fue el uso de patrones en las herramientas de IA, especialmente ChatGPT, para mejorar su aplicabilidad en las tareas diarias de desarrollo.
Los profesionales de IUGO compartieron que, a pesar de no haber implementado soluciones de principio a fin con IA, sí han logrado implementar componentes de manera más precisa y específica, siguiendo la estrategia de "divide y vencerás".
“Cuando segmentamos los problemas en partes más manejables, la IA es considerablemente más efectiva", mencionó uno de los desarrolladores.
Explicó cómo en proyectos de frontend, por ejemplo, se puede utilizar un simple screenshot para que la IA genere los componentes adecuados en frameworks como React. Este proceso requiere un nivel de detalle y especificidad que resulta clave para obtener buenos resultados. "La IA, en general, funciona mejor cuando se le plantea un problema bien delimitado", agregó. Este dato me resultó sumamente útil.
Otro punto que surgió fue la comparación entre diferentes versiones de ChatGPT. Los desarrolladores notaron una mejora significativa entre la versión 3.5 y la versión 4, siendo esta última mucho más precisa y capaz de entender contextos más complejos.
Este tipo de observaciones les ayuda a tomar decisiones sobre qué herramientas utilizar en función de la evolución de los modelos.
IA y la productividad en el día a día
La IA no solo está cambiando la forma en que diseñan soluciones, sino también cómo se enfrentan a los retos de productividad en el trabajo diario. "La IA nos permite trabajar de manera más ágil, pero también nos obliga a ser más cuidadosos con la información que compartimos con estas herramientas", comentaron, aludiendo a cuestiones éticas que surgen al usar modelos que operan en la nube, gestionados por grandes corporaciones como OpenAI.
Más allá de las preocupaciones éticas, la IA enriqueció los procesos creativos y de toma de decisiones dentro de IUGO. "Cuando tenemos un problema que solíamos abordar de una forma tradicional, la IA nos ofrece nuevas perspectivas, sugerencias de soluciones que no habríamos considerado", explicaron. Esto se ha convertido en una especie de consultor digital que ofrece ideas basadas en un vasto conocimiento extraído de millones de fuentes. Lo genial de esta observación me dejó motivado: hay una gran ayuda ahí, al alcance de la mano, y hay que usarla.
Algunas de las herramientas mencionadas como ejemplos de esta integración en el flujo de trabajo incluyen LM Studio, Hugging Face y Ollama, plataformas que permiten a los desarrolladores aprovechar modelos de IA generativa de manera efectiva.
Nuevos roles y competencias en la era de la IA
El impacto de la IA va más allá de la simple asistencia técnica: también está moldeando el futuro del trabajo en tecnología. Uno de los puntos más debatidos fue cómo la IA cambiará los roles dentro de las empresas, y qué nuevas competencias se volverán esenciales en el futuro cercano.
"Hoy en día, cualquier desarrollador junior que sepa manejar herramientas basadas en IA tiene un potencial enorme", afirmaron. Esto se debe a que muchas de las tareas repetitivas o tediosas, que en el pasado requerían horas de trabajo manual, ahora pueden ser automatizadas o aceleradas gracias a la IA.
Pero no todo es tan sencillo. También se habló de la posibilidad de que las empresas comiencen a desarrollar sus propios modelos de IA, lo que plantea un desafío completamente diferente: ¿cómo adquirir el conocimiento necesario para crear y mantener estos modelos sin depender de terceros?
Aquí es donde surge una nueva competencia clave para los empleados del futuro: la capacidad de trabajar con IA a nivel básico, entendiendo cómo funcionan los modelos y cómo se pueden personalizar para resolver problemas específicos de la empresa. Me imagino como esta situación replicada a millones de pequeñas, medianas y grandes empresas. Lo que viene es impredecible.
Además, en el campo de la IA, hay que desarrollar la habilidad de formular preguntas precisas y estructuradas a los modelos de IA para obtener resultados óptimos. Más allá de dominar el arte de la interrogación, es esencial cultivar la capacidad de cuestionar y evaluar críticamente las respuestas proporcionadas por la inteligencia artificial. Esta habilidad es fundamental para determinar si las respuestas son acertadas, si la IA está generando información errónea o si ha tomado un camino equivocado en el procesamiento de la información. Esta competencia crítica no está limitada a los desarrolladores, profesionales de diversas áreas pueden beneficiarse enormemente al estar capacitados para interactuar efectivamente con estas tecnologías.
¿Qué podemos esperar en el futuro?
El debate terminó con un aire de entusiasmo por lo que está por venir, pero también con una fuerte dosis de realismo. La IA, aunque potente, sigue siendo una herramienta en evolución que requiere adaptación constante.
"Cada vez que probamos algo nuevo, aprendemos cómo interactuar mejor con la IA", comentaron. Y es precisamente este espíritu de experimentación y aprendizaje continuo lo que mantiene a IUGO en la vanguardia del desarrollo tecnológico.
En resumen, lo que me llevo de esta conversación con los desarrolladores de IUGO es la idea de que, aunque no hay una fórmula mágica para integrar la IA en todos los aspectos del desarrollo de software, el camino está lleno de oportunidades para aquellos que se atrevan a explorar, fallar y volver a intentarlo. Es un terreno fértil para la innovación, y está claro que IUGO está aprovechando cada oportunidad para liderar el cambio.
Al final del encuentro, una cosa quedó clara: la IA no es solo una tendencia, es el próximo gran desafío que moldeará el futuro del trabajo en tecnología. Y en ese futuro, las empresas que dominen esta tecnología serán las que definan el rumbo de la industria.
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