IUGO abraza una tendencia que se profundizó durante la pandemia, y que hoy es un dato de la realidad, y un enorme atractivo, para profesionales capacitados en tecnologías de la información.
Son las 9 de la mañana y Victoria Came sale de su casa, acompañada por Mandarina, su perra que camina jadeando a su lado. El calor ya se empieza a sentir en esta mañana de febrero en Montevideo. Los árboles del Parque Rodó muestran todos sus colores de verde.
Entra a Domus, el sistema de empresas del que IUGO es parte. La casa moderna, amplia, vibra con la energía de los chicos que ya llegaron. Algunos se preparan un café en la gran cocina que comparten las empresas. Otros deciden trabajar en el jardín, y acercan una silla casi al borde de la piscina, buscando refrescarse del calor que sigue en aumento a medida que se acerca el mediodía.
“Esta es una de las ventajas de trabajar en Domus”, nos cuenta Vicky, mientras Mandarina se acomoda debajo de su escritorio, y varias manos conocidas vienen a hacerle mimos y a ofrecerle galletitas. “Tengo la libertad de trabajar desde casa o venir a esta oficina, ¡en la que también me siento como en casa!”.
El día transcurre entre llamadas, reuniones presenciales o por Teams, un almuerzo entre colegas y muchos desafíos. Sin embargo, al llegar las 4, Vicky sale con Mandarina a buscar a su hijo al cole. Para ella, una de las mejores cosas que tiene trabajar en TI, es la flexibilidad de combinar su vida laboral y su vida personal, de una manera que funcione para ella, y sea eficiente para la empresa. Y todos están de acuerdo y apoyan esa visión.
Uno de los pilares fundamentales de IUGO y de Domus, es, justamente, ayudar a que los empleados sean innovadores, eficientes, creativos, comprometidos. Y para serlo, entienden que es necesario respetar sus tiempos y ayudarlos a lograr el estilo de vida que les de mayor felicidad y libertad.
Para Juan Echevarría, al igual que para Vicky, poder estar en los momentos importantes de sus hijos es clave. Y no sólo eso, gracias a la flexibilidad que le brinda trabajar en IUGO, Juan Ignacio pudo instalarse a 16 km. de Colonia del Sacramento con su esposa, donde eligen criar a su hijo Mateo de 4 años, y a Amanda, su beba de 6 meses, junto con su cachorrito Thor y dos gatitas.
“Mantener mi vida en el entorno rural, es algo que elegí para mí. Se siente natural y orgánico trabajar desde acá”, nos cuenta Juan Ignacio, mientras se apronta para salir a dar clases de robótica en la escuela Montessori a la que asiste Mateo. “Esto es lo que más me gusta de trabajar en tecnología. Poder compartir lo que aprendí con los chiquitos, ver a mi hijo crecer rodeado de naturaleza. Es una vida muy linda y tranquila”.
Para Diana Simois, el cambio al trabajo remoto llegó hace no tanto tiempo, cuando empezó a trabajar en IUGO. “Vengo de la ‘vieja escuela’, donde se iba todos los días a la oficina. Esto de trabajar en casa, ¡realmente no tiene comparación!”.
Todas las mañanas Diana lleva a sus hijos a la escuela local de Coral Springs, al sur del estado de la Florida, en los Estados Unidos. Oriunda de Uruguay, se instaló ya hace varios años en Norteamérica, y disfruta trabajando de forma remota para una empresa que comparte su cultura. Se siente cómoda con los valores de la empresa, llevada adelante por uruguayos. Sin embargo, con compañeros dispersos por todo el mundo, la empresa tiene un sabor decididamente multicultural. “En IUGO hay gente de todos lados y lo lindo es encontrar que todos, sin importar de donde provengamos, tenemos más cosas en común que diferencias”.
Diana, al igual que todos los que trabajan en IUGO, administra su horario según sus preferencias, y ella elige trabajar mientras sus hijos están en el colegio. “Eso me permite llevarlos y traerlos a sus actividades, estar presente cuando me necesitan, involucrarme en la escuela. ¡Tengo el privilegio de ser mamá que nunca los llevó a una guardería!”.
Como Juan Ignacio, Diana vive en un lugar con muchos espacios verdes, donde sus hijos pueden criarse en contacto con la naturaleza. La tecnología le permite estar conectada cuando lo necesita, y desconectarse para recargar pilas y conectar con sus seres queridos. Para ella, otra ventaja importante es no tener que subirse a un auto y manejar hasta llegar a otro lugar. “Sin duda, esto es positivo para las personas desde lo individual, pero también ayuda al medio ambiente a reducir las emisiones causadas por los coches. Eso no es un beneficio menor y me resulta especialmente importante, ya que cuidar el planeta para las futuras generaciones es imprescindible”.
Eva Estrella Vargas Zevallos, desarrolladora front-end en IUGO, proviene de Buenos Aires, Argentina, donde estudió programación. Se mudó a Perú por motivos familiares en 2019, y allí conoció a su pareja. Fue el trabajo remoto el que le permitió volver a Argentina en 2021 y reencontrarse con su hermana, sus amigos y sus perritas, que habían quedado en su país. En 2022 viajó a Uruguay, donde pudo conocer su cultura, y se enamoró de la sencillez de las personas. Ese mismo año empezó a trabajar remotamente para IUGO. Allí descubrió una cultura muy amable y un gran equipo de trabajo. Eva está pensando mudarse una vez más, pero esta vez a Uruguay, donde continuará trabajando para IUGO, mientras conoce el país que muchos de sus compañeros llaman hogar. “Estoy muy emocionada por el futuro que estamos planeando, no falta nada para viajar, ¡nos vamos en marzo!”.
Eva está segura de que lo que ha logrado ha sido en gran parte por su profesión y la posibilidad de trabajar desde cualquier lugar del mundo. “Lo que más quiero en mi vida es ser dueña de mi destino, elegir mi camino, ser independiente, poder estar un día aquí y otro allá, es lo que más me gusta de mi profesión y de trabajar para IUGO.”
El trabajo remoto se profundizó durante la pandemia, pero no es nuevo entre los profesionales de la informática, quienes, en mayor o menor grado, ya conocían sus beneficios antes de 2020. El mundo parece ir cada vez más hacia esa dirección, con otras profesiones siguiendo de cerca, a medida que las empresas entienden que se trata de un beneficio que mejora notoriamente la satisfacción de los empleados, quienes agradecen la posibilidad de perseguir su vida ideal con mayor compromiso y lealtad hacia las empresas que ofrecen esta posibilidad. Resta saber si, en el futuro, el trabajo continuará moviéndose a pasos acelerados hacia esta modalidad.
Por ahora, empresas de tecnología de la información, como IUGO, continúan ofreciéndole a sus empleados la libertad de crear su vida ideal y sus empleados son mucho más felices y creativos cuando no tienen que dedicar su valioso tiempo a trasladarse y pensar qué ponerse para la oficina. Sólo una camisa alcanza para verse prolijo en una reunión por Teams y la playa, el parque o un buen café de barrio están siempre disponibles para dar un paseo entre reunión y reunión y volver con las pilas recargadas.
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